martes, 26 de noviembre de 2013

Capítulo 20: Decisiones.

 Caroline se sentó frente a una enorme mesa de cristal junto a su hermana. Dejó caer los brazos sobre la mesa y a continuación les siguió la cabeza. Tenía tantas visiones entremezcladas en su interior, que tenía la sensación de que su cerebro explotaría en cualquier momento. Cansada y con dolor de cabeza, solo quería darse una ducha caliente y relajarse.

 Lo único bueno del día, era que gracias a las increíbles dotes culinarias de Violetta habían conseguido hacer comer a Cristal. Aunque esta se encontrase ahora más taciturna de lo normal. Hacia un rato, le había pedido un cuaderno a Violetta y se había puesto a dibujar. Hacía años que no la veía hacerlo. Eran las únicas ocasiones en las que veía un futuro en el que ella estaba involucrada. De pequeña, solía ver el dibujo terminado en cuanto ella cogía el lápiz entre las manos. Se concentró en eso, tratando de aislar todo lo demás. Aunque solo sirviera para distraerla un momento, por lo menos sería algo que le resultaría familiar. La imagen que centelleó en su mente la extrañó y la impactó lo suficiente, como para aturdirla. Irguió la cabeza para mirar a su hermana sorprendida. Cuando otra imagen la sacó de su asombro, y se incorporó del todo.

 -Vas a tener visita.

 -¿Quién?- preguntó Cristal sin apartar la vista del papel. Sus movimientos eran firmes y precisos, sin temor a equivocarse.

 -Un vampiro y su hija. Conocerte es la condición que han puesto, para conseguir que Erin, Ángel y Alison puedan ir a la celebración.

 -¿Tú no vas?- preguntó extrañada.

 -Iré, pero como acompañante de Damon.

 -¿Y él lo sabe?

 -Debe de saberlo, no veo otra opción en mis visiones.

 Una chispa de diversión prendió en los ojos de Cristal.

 -Así que irás con tú férreo protector.- ante ese comentario Caroline entrecerró los ojos. Sabía que su hermana, hacía referencia a lo sucedido en la sala de entrenamientos. Desde luego, tenía un nefasto sentido del humor, que ella no compartía.- ¿Cuándo llegará mi visita?

 -En cinco minutos. Pero primero aparecerá la pareja alfa de la base.- Su tono sonó burlón.- En tres, dos, uno.

  La puerta se abrió y  por ella entraron Alison y Erin.

  -Lo ves.

 Cristal despegó los ojos del papel para echarle una rápida ojeada a la pareja, y luego volvió a concentrarse en su dibujo.

 Alison se sentó frente a ellas en silencio. Lucía su larga cabellera mojada, anudada en una coleta. La odio al instante de darse cuenta. Ella anhelaba con todo su ser darse una ducha. Después de todo, el agua formaba parte de ella, y la necesitaba como nadie más podía hacerlo. Consideró la idea de congelarle las gotitas que aun pingaban de sus rizos. De pronto, Cristal dejó de dibujar para extender el brazo hacia ella y pellizcarla.

 -¡Oye, eso duele!- exclamó Caroline ofendida.

 Cristal alzó la vista del papel para lanzarle una mirada muy significativa.

 -Pensar es gratis y no le hace daño a nadie- Caroline tuvo la necesidad de defenderse.

 Cristal se limitó a continuar dibujando, con una mueca de total escepticismo.

 -Nos conocemos- reprochó en voz baja.

 Caroline indigna  dirigió la vista al frente y se topó con el ceño fruncido de Erin. Este no les quitaba ojo de encima.

 -¿También lees el pensamiento?- preguntó estoico.

 Caroline tuvo ganas de echarse a reír, pero la expresión de Erin le sugirió que no era una buena idea. Cristal por su parte ignoró al vampiro de forma deliberada, como si el tema no fuese con ella. Fue Alison quien negó con la cabeza y se volvió para mirar a su compañero.

 -No lee el pensamiento, pero Caroline llevaba las intenciones escritas en la cara.-La susodicha se crispó en asiento.- ¿Sabes? La habitación que se te dio tiene baño.

 -No lo sabía- murmuró.

 Alison soltó aire cansada y se volvió a recostar contra su asiento.

 -¿Falta mucho para que lleguen?- preguntó Cristal.

 Caroline estaba segura de que su hermana no lo preguntaba por impaciencia. Sino más bien deseosa de que cambiasen de tema.

 -No, ya están en la base. Ángel los traerá en seguida. Damon a llamado a Dante para que asista a la reunión y llegaran más o menos a la par.

 Confirmando sus palabras, Damon y Dante entraron en la habitación, haciendo un leve saludo hacia el grupo en general. Damon optó por situarse detrás de Caroline, para quedar frente a frente con Erin. Por su parte, Dante se dirigió a la pared opuesta a la puerta y se apoyó contra ella como si quiera sostenerla. Caroline se fijó en que era exactamente la misma postura, que había adoptado la primera vez que Cristal había hablado ante el Círculo. El detalle le pareció curioso, y se preguntó si habría algún motivo en especial para que se colocase así.

 Antes de que pudiese continuar con el hilo de sus pensamientos, llegaron las nuevas visitas. Ángel, entró acompañado por un vampiro con aspecto de cuarentón y una mujer. El hombre tenía unas facciones duras y sin embargo, sus ojos plateados tenían un brillo especial que le hacía desconfiar.

 La mujer que les acompañaba poseía una belleza poco usual. Todo en ella indicaba que era un mujer peligrosa, y probablemente difícil de tratar. No tardó en encontrar el parecido físico con su padre, a pesar de ser muy leve. Ella miraba tanto Caroline como a Cristal como si hubiese algo que le molestara de ellas.

 Caroline no le dio importancia, y se volteó para comprobar si su hermana pequeña estaba bien, o si dos vidas más habían sido excesivas para ella. Pero Cristal ignoraba la presencia ambos totalmente concentrada en su dibujo.

 Erin saludo con amabilidad a los recién llegados y pasó a las presentaciones.

 -Yerick, esta es Cristal Laurent, nuestra informadora.

 El aludido miraba a la pequeña, con la estupefacción dibujada en el rostro. Mientras esta continuaba con su tarea.

 -No hacía falta la presentación. El señor  Kéldysh sabe quién soy.

 Inmediatamente las miradas pasaron de Cristal a Yerick alternativamente. Todos sorprendidos en aquel momento. Ninguno habría esperado algo así.

 -¿Y por qué te conoce?- preguntó Caroline a su hermana, bastante preocupada.

 La respuesta sin embargo se la dio el mismo vampiro.

 -La señorita Laurent me ha abierto un par de puertas en el pasado. Aunque nunca he sabido por qué. Y la verdad es que me lo he preguntando muy a menudo.

 Las miradas se centraron en Cristal expectantes a su respuesta. Pero ella parecía totalmente absorta con lo que hacía, y el silencio se alargó tanto que Caroline creyó que no contestaría.

 -Estaba lo suficientemente protegido, como para que nadie se diese cuenta de que mentía.

 Yerick sopesó en silencio su respuesta. Pero al contrario que Cristal el percibió que los presentes aguardaban una explicación.

 -Hace unos años, cuando quise subir un escalón más en la cima del Consejo. Fui sometido a un "juicio" de lealtad. Por aquel entonces, trabajaba duro con Mason Wayland. Tratábamos de impedir unos pactos que nos perjudicaban a ambos. Me ocupé de ocultarlo a cal y canto. Además también estaba colaborando con el Círculo de forma encubierta. Pero yo entré en esa sala con la absoluta seguridad de que no podrían descubrir nada.

 "Verdaderamente fui tan inepto de creer que lo tenía todo bajo control. Hasta que me presentaron a una pequeña niña, que apenas me llegaba por encima de las rodillas.- los movimientos de Cristal sobre el papel comenzaron a ser más lentos-. Casi no me había dado tiempo a fijarme en sus cadenas, o en las marcas de su piel. Cuando me explicaron que ella acaba de ser testigo de todo cuanto había acontecido en mi vida.

 "Creí que acaba de perderlo todo y que estaba a punto de ser acusado de traición. Esa niña iba a firmar mi sentencia de muerte, y probablemente la de mi familia. O eso creía, hasta que abrió la boca y mintió.

 "La vi dos veces más después de eso, no tuvo la misma consideración con ninguno de los otros hombres. Desde entonces no he dejado de preguntarme por qué. No esperaba una respuesta tan sencilla."

 -¿Eso es lo qué te obligaban a hacer? ¿Sentenciar hombres a muerte?- la voz sombría de Alison hizo que Caroline se sobresaltara. Cristal nunca hablaba sobre nada de lo que hubiera hecho.

 -Entre otras cosas- susurró todavía sin apartar la vista del dibujo. El silencio se prolongó hasta que Cristal depositó el lápiz sobre la mesa.-Creía que estábamos aquí para hablar de la cámara de Ebriz, no de mi.-dijo alzando por primera vez la mirada del papel.

 Erin asintió y si dispuso a centrarse, en lo que les había llevado hasta allí.

 -Bien ya la conoces y Alison irá con nosotros. Eso cumple con tus condiciones y nos deja con el siguiente problema- expuso con voz serena- No existen planos de Ciye. Los arquitectos están muertos, y las únicas tres perdonas que saben guiarse por esos corredores están vigiladas igual que lingotes de oro. Eso viene a ser nuestro primer problema.

 -Y ni si quiera sabemos con exactitud qué estamos buscando.- murmuró Dante

 -Ya lo he solucionado- anunció Cristal y dejó sobre la mesa su dibujo, lo que venía a ser el primer plano detallado de Ciye, y en el borde superior la forma de la runa que pretendían robar.

 Caroline no le dedicó mucho tiempo al plano, ya lo había visto con anterioridad. Pero no pudo evitar sentirse decepcionada. Su hermana era una gran artista, y que lo primero que le hubiese visto dibujar en años fuese aquello, la llenaba de tristeza. Por estúpido que pareciese en aquel momento supo que Alison compartía su pena. Era para ellas como una perdía, aunque Caroline no entendía muy bien por qué.

 -En este pasillo, en la tercera vitrina de la estantería izquierda está la runa. La vitrina tiene una contraseña que cambia cada cuarto de hora aleatoriamente. El camino más corto para llegar allí es este- dibujo unas líneas sobre el plano.- Tendréis que subir a la segunda planta y entrar a través de la puerta que hay en el Salón de Juicios.- frunció el ceño como si hubiera pasado algo por alto-. Os dibujaré el cierre y os explicaré que hacer para forzarlo.

 -Caroline- susurró Alison.

 -No me preguntes si habrá bajas, porque no lo sé. Hay tantas posibilidades como estrellas.

-¿Y cuál es que se repite más? Vamos Carol sé que no siempre aciertas. Pero estoy segura, de que tienes al menos un par de visiones que se repiten con más a hinco. O que por lo menos te serán más intensas. No me lo niegues.

 Caroline la miró furiosa. Sí, claro que las había. Siempre las había, pero no siempre eran las acertadas. Ella no tenía derecho a pedirle eso. No les daría falsas esperanzas y tampoco desmoralizaría a nadie. Y menos por un capricho de su hermana.

 -He dicho que, no lo sé.

 -No creo que haya visto ni tu muerte, ni la de Erin. Sino ya estaría tratando de salvar a nuestros pobres sobrinos- dijo Cristal distraídamente, ya que volvía a estar centrada en el papel.- Por cierto, tiene razón Francesco es un nombre horrible para el pequeño.

 -¿Sobrinos?- preguntó Erin desconcertado.

 Alison fingió no haberlo escuchado.

 -No estaba preguntando por eso.

 -Visiones, sobrinos ¿Sois familia?- Yerick aun parecía más estupefacto que Erin, si eso era posible.

 -Hermanas- contestó Cristal.

 -Emily- murmuró Yerick en busca de respuestas.

 -Son hermanas- confirmó- pero solo puedo leer los pensamientos de una de ella- comentó frustrada por el hecho.-Por cierto, Alison no está embarazada.

 -Aún.- apuntó Caroline.

 -¿No es normal que no escuches sus pensamientos?- se interesó Damon, que intervenía por primera vez.

 -No, es la primera vez que me pasa.

 -Es un bloqueo natural.- les informó Cristal.- Lo forma tu mente para protegerte de lo que cree que será demasiado para ti. Caroline también me bloquea, por eso nunca ve el futuro si yo aparezco en él. O lo ve, pero no me ve a mi.-hizo una pausa, debatiéndose sin saber si seguir hablando o no.- ¿Sabes? Alguien tan psíquico como tú debería ser capaz de derribar esos bloqueos. Si alguna vez encuentras la forma de hacerlo. Hazte un favor, no lo hagas.

 -¿Por qué?

 -Esos bloqueos están ahí por algo. Es preferible tenerlos. Créeme.

 -¿Y tú cómo sabes todo eso?

 -Porque yo también tuve mis propios bloqueos.

 Alison y Caroline intercambiaron miradas confundidas. Los demás presentes no perdían cuenta de los movimientos de Cristal sobre el papel. Y esta última no parecía ver a ninguno de los presentes.

 -¿Sois todas de la misma madre o del mismo padre?- preguntó Yerick muy seguro de que no compartían ambos congéneres.

 -Madre.- respondieron las tres al unísono.

 La incomprensión se dibujaba en rostro de Yerick. Las observaba como si fueran el mayor descubrimiento del siglo. Caroline empezaba a pensar que probablemente lo fueran. Nunca se había parado a pensar en la extrañeza de su origen. Y las pocas veces que lo había hecho, se había limitado a preguntarse quienes serían sus padres.

 -¿Qué mujer fue capaz de concebir a tres oráculos? Y tres tan fuertes como vosotras.

 La pregunta quedó suspendida en el aire. Hasta que Cristal volvió a dejar el papel sobre la mesa y buscó a Ángel con la mirada.

 -¿Cómo os vais a organizar?

 Ángel tardó unos segundos en comprender la pregunta.

 -Bien, he pensado en ello. Nosotros tres iremos de invitados de Yerick, pero necesitamos a Caroline allí con nosotros.

 -Irá conmigo- intervino Damon.

 Ángel asintió conforme. Damon era uno de los invitados a la fiesta, gracias a sus propios contactos. Nadie había dudado de su asistencia a la ceremonia. Caroline ya sabía todo aquello, pero le molestó que ni siquiera se tomaran la molestia de preguntarle si estaba de acuerdo o no. Daban por hecho que sería así y punto.

 -Cristal tú no deberías estar aquí esa noche. Si vamos a huir de Ciye sería conveniente que Caroline no tuviera ningún obstáculo que le impida "ver" la base.

 -¿Y a dónde irá?- preguntó Alison escandalizada.

 -Puedo llevármela y dejarla con Xena- ofreció Dante de forma inesperada.

 Todos parecían conformes con la sugerencia. A excepción de Cristal, que fijaba la vista en el centro de la mesa, con el rostro totalmente inexpresivo. Caroline adivinó que ella tampoco le hacía gracia que decidieran aquello sin consultárselo.

 -Está bien, por ahora ¿Algo más?- preguntó Caroline queriendo zanjar aquella reunión cuanto antes.

-Sí, tú deberías irte ya con Damon. Si no queremos que la gente haga preguntas sobre ti, deben veros juntos antes de la gala.-dijo Ángel. Caroline tuvo el impulso de protestar, pero se sentía tan hastiada con todo aquello, que decidió dejarlo correr- Y bueno...- Ángel hizo una pausa bastante extensa, como si no supiera cómo continuar. Era una actitud tan antinatural en él, que la hacía sentir extraña, como si algo no encajara.- Cristal, creo... que lo mejor sería que tú también te marchases hoy. Para evitar situaciones tensas.- añadió dirigiendo una rápida mirada a Erin.

 -¿Cómo?-preguntó Alison, a quién se le había desencajado la cara. Miró a su compañera estupefacta. Erin se encogió de hombros. Caroline se preguntó de quién habría sido la idea, pero tuvo la sensatez de no expresar su curiosidad en voz alta.

 -Bien-dijo Cristal rompiendo el silencio y levantándose de su sitio-¿Cuándo nos vamos?